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Creemos que el evangelio es la verdad central de la Biblia, el fundamento de nuestra fe y el combustible para la vida cristiana. El evangelio es la buena noticia de que mientras estábamos muertos en nuestro pecado, Dios envió a su hijo Jesús para vivir una vida perfecta en nuestro lugar, morir una muerte sustitutiva para pagar la pena por nuestro pecado y resucitar de la tumba para ofrecernos nueva vida en su Espíritu.

Hechos 2:22-39; Gálatas 3:13; 1 Corintios 15:3-15:1; 1 Corintios 8; 2 Corintios 5:21

Creemos que Dios es el Creador de todo y que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Deuteronomio 6:4; Isaías 64:8; Mateo 3:16-17, Mateo 28:19; Juan 16:7-15; Hebreos 1:2-3

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, un relato verdadero y completamente preciso del amor de Dios hacia nosotros. Su propósito es enseñarnos cómo tener una relación con él, adorarle y darle gloria.

Salmo 19:7-10; 2 Timoteo 3:15-17; 2 Pedro 1:19-21

Creemos que Dios nos creó a su imagen para adorarlo y darle gloria. Esto es cierto tanto para hombres como para mujeres, quienes son socios iguales y complementarios en la misión de Dios, reflejando su belleza, bondad y creatividad.

Génesis 1:26–27, Génesis 2:18; Isaías 43:7; Salmo 96:9; Mateo 4:10; Gálatas 3:28; 1 Timoteo 2:11–15

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Creemos que el pecado nos ha impedido conocer a Dios y adorarlo, pero que Jesús murió en la cruz para pagar la pena por nuestro pecado, resucitó físicamente y ahora ofrece una relación restaurada con Dios como un regalo gratuito a todos los que creen en Él.

Juan 3:16; Hechos 2:22–39; Romanos 3:21–24

Creemos que la iglesia es el cuerpo de Cristo en la tierra y un movimiento de discípulos que hacen discípulos. Como tal, cada creyente debería identificarse con una iglesia local con el propósito de aliento mutuo, crecimiento espiritual y rendición de cuentas.

1 Corintios 12:12–31; Efesios 4:11–16; Colosenses 1:18–20, Colosenses 3:12–25; 1 Pedro 2:9; Hebreos 10:24–25

Creemos que todos los discípulos deben crecer continuamente como (1) adoradores, conociendo, amando y obedeciendo a Dios sobre todas las cosas; (2) miembros de la familia, comprometidos con nuestra familia en crecimiento multiétnico; (3) siervos, dando de sí mismos con alegría por el bien de los demás; (4) administradores, gestionando los dones de Dios para los propósitos de Dios; y (5) testigos, proclamando a Cristo con palabras y acciones.

Deuteronomio 6:5; Mateo 4:19, Mateo 12:46–48, Mateo 28:18–20; Filipenses 2:5–7; 1 Pedro 4:10

Creemos que el bautismo por inmersión es un ordenanza de la iglesia que representa el primer acto público de confesión, arrepentimiento y fe en Jesucristo como Señor.

Mateo 3:6, Mateo 13–17; Hechos 2:38-41, Hechos 22:16; Romanos 6:4–11; 1 Pedro 3:21

Creemos que Jesús instituyó dos oficios distintos dentro de la iglesia local: (1) Diáconos, un grupo de hombres y mujeres calificados que sirven a la iglesia de maneras prácticas, a menudo cuidando de los miembros de la iglesia con necesidades físicas; (2) Ancianos, también llamados "pastores" o "supervisores", son un grupo de hombres calificados que tienen la responsabilidad especial de predicar la Palabra y proteger a la iglesia de la enseñanza falsa.

Romanos 16:1; 1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:6-9; 1 Pedro 5:1-5

Creemos que a Dios le importan las necesidades de todas las personas y que la iglesia, como el cuerpo de Cristo, debe mostrar su amor y cuidado por los demás. Cada miembro de la iglesia es enviado por Jesús como un ministro del evangelio, proclamando el amor de Cristo con nuestros labios y demostrando el amor de Cristo con nuestras vidas, no solo en nuestras comunidades, sino también en los lugares más lejanos y no alcanzados del mundo.

Isaías 49:6; Mateo 28:18-20; Romanos 10:13-15; 1 Timoteo 2:3-4